viernes, 18 de septiembre de 2015

Bernardo y su reloj...

No se si en algún momento alguno de ustedes llegó a ver por televisión una serie llamada "Bernardo y su reloj" (originalmente Bernard's Watch), fue un programa inglés que trata sobre un niño que puede detener el tiempo con un reloj de bolsillo mágico, esta serie formó parte de mi infancia, crecí con el anhelo de querer un poco más de tiempo, imaginando millones de cosas que podría hacer si tuviera el poder del tiempo.

Él, Bernardo, no controlaba el tiempo, el controlaba SU propio tiempo, cuando quería, lo detenía, todas las cosas a su alrededor se paralizaban y él podría disfrutar del tiempo a su favor; era una cosa espectacular, en mi mente solo pensaba todas las cosas que yo podría hacer con MI tiempo. Me parece algo fascinante el poder pensar que tendría el tiempo a mi favor, sin tener a nadie de testigo. 

Dejando a un lado, por un momento todas las investigaciones científicas que se han realizado con la cuestión del tiempo, porque esto va un poco más hacia lo interno.

Creo que nuestra curiosidad como seres humanos definitivamente va de la mano con nuestro narciso interior, ya que somos egoístas por naturaleza, lo queremos TODO y no lo queremos compartir. 

Creo también que la lección más importante que me pudo dejar esta pequeña serie televisiva, fue el valor del tiempo, no todos entendemos esto, ni le damos la misma importancia por supuesto, pero en definitiva el tiempo no es algo que podamos controlar, carecemos todos los días de tiempo, porque nuestros días, horas, minutos, como ustedes lo quieran contar, se van agotando cada vez más. 

En relación al tiempo, anhelamos la idea de que somos eternos. Por supuesto que esto también está relacionado a uno de los más grandes miedos y curiosidades del ser humano, la muerte. Pero eso es para otra lectura. 

¡HAGAN ALGO VALIOSO CON SU TIEMPO!






domingo, 13 de septiembre de 2015

Tengo la labor de olvidarte...

Esta pasando el tiempo, y aún pienso en ti, como antes. 

Me he dado cuenta que tengo la labor de olvidarte, porque el pensarte consume mi tiempo e invade mi inconsciente, has llegado hasta mis sueños y con una sutileza increíble perturbas mi tranquilidad. 

Debo venderme la idea de que no estás, y comprarme la idea de que no volverás.

Debo dejar de esperarte.

Me he encomendado a mi misma la labor de olvidarte, la tarea de dejar de extrañarte, y la voluntad de dejar de pensarte. 

Hoy he decidido empezar a olvidarte. 

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Entonces, hablemos del amor...

Entonces, hablemos del amor...

Hoy tuve un encuentro con una mujer peculiar que aviva mis sentidos, pero para mi mala suerte, se encuentra decepcionada del amor. 

Y, ¿cómo enamoras a alguien que se encuentra decepcionada del amor? 

Freud, decía: si amas, sufres, sino amas, enfermas.

No hay opción, sufrimos. Y a mi me parece que inevitablemente todos, en algún momento de nuestras vidas, nos decepcionamos del amor, sufrimos por un amor que creíamos nuestro, que creíamos completo e indestructible. 

El amor duele, sí, duele. Duele en el cuerpo, duele en el ego y duele en el alma. Porque toda nuestra vida la basamos en un Otro, esa persona que creemos como nuestra completud, y la verdad es que nacimos completos pero sentimos la profunda necesidad de que Otro nos complete la vida, pero a veces elegimos mal a ese Otro, y nos duele. 

Pero creo que Neruda tenía razón, cuando dijo: "si no has amado, no has vivido", me parece que vale la pena seguir intentando en la búsqueda de ese Otro que te acompañe en la vida y que te permita crecer. Eso, definitivamente vale la pena.




Para esta mujer, decepcionada del amor...

"...si has amado y has sufrido y te asusta volver a llorar, piensa en todas aquellas sensaciones que el amor regala ¿Acaso no vale la pena el riesgo por volver a sentirlas?" Pablo Neruda